Energia Eólica en España

PROPUESTA DE DESARROLLO DE LA ENERGÍA
EOLICA EN ESPAÑA. HORIZONTE 2.010 – 2.012.
Febrero 2005

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INDICE.

1.- Introducción. Justificación de la propuesta.
2.- Propuesta de desarrollo de parques eólicos.
2.1.- Actuaciones a llevar a cabo en el horizonte 2010.
2.1.1.- Parque eólicos sin instalar que cuentan con DIA positiva.
2.1.2.- Optimización de los parques existentes.
2.1.3.- Repotenciación de los parques existentes.
2.1.4.- Instalación de aerogeneradores en puertos industriales y deportivos.
2.1.5.- Parques nuevos.
2.2.- Actuaciones a llevar a cabo en el horizonte 2012.
2.3.- Producción estimada.
3.- Condicionantes para el establecimiento de parques eólicos.
3.1.- Condicionantes ambientales que deberán adoptarse en los nuevos parques.
3.2.- Evacuación de los parques.
3.3.- Interacción con la actividad urbanística y la arbitrariedad municipal.
3.4.- Solvencia de los promotores eólicos.
4.- Propuesta de desarrollo de pequeños aerogeneradores.
5.- Conclusión.

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1.- INTRODUCCIÓN. JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA.

En los últimos años se ha producido en España un crecimiento espectacular del
consumo de electricidad, habiendo pasado de los 172.707 GWh de 1998, a los 239.212
GWh de 2004, lo que supone un incremento del 38,5% en tan sólo seis años. (
OMEL-Mercado de electricidad
Ello ha significado un incremento sustancial de las emisiones de CO
del cambio climático, dado que la mayor parte de esa electricidad procede de centrales
térmicas que queman combustibles fósiles. En concreto, entre los años 1990 y 2002 las
emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la producción de energía
aumentaron un 46%. El sector eléctrico es hoy por hoy el mayor emisor de CO
España, un 30% de todas las emisiones se deben directamente a la generación de
electricidad.
Aún sin entrar en las previsiones de impactos del cambio climático en nuestro país,
especialmente graves en las dos mesetas y la costa mediterránea, hay que considerar que
el Estado Español tiene el compromiso por el Protocolo de Kioto (ratificado por España
en el Real Decreto 5/2004, de 27 de agosto) de limitar el crecimiento de sus emisiones
de gases de efecto invernadero a un 15% por encima de lo emitido en 1990 y superamos
ya el 45%.
Entre 1975 y 1990, el consumo de energía primaria se incrementó en España un 2,7%
anual y, a partir de ese momento, durante la década de los 90, se aceleró ese crecimiento
hasta 3,1% cada año. Este incremento ha sido claramente superior al registrado por el
producto interior bruto (PIB) en el mismo periodo, lo que es una muestra clara de
ineficiencia energética. Las mayores tasas de aumento en los consumos en los últimos
años se han producido en el sector residencial y en el de transporte privado. Mucho
tienen que ver con esta evolución los siguientes factores:

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- El importante incremento del parque automovilístico (muy por encima de la media
europea) y las mejoras en infraestructuras de transporte, que han producido mayores
índices de movilidad y con ello de consumo de carburantes.
- El crecimiento urbanístico registrado en zonas metropolitanas, alrededor de los
núcleos urbanos, que ha contribuido también al incremento del consumo energético
doméstico (ligado al tipo de vivienda) y del asociado a las necesidades de transporte.
- Las mejoras alcanzadas en el equipamiento electrodoméstico de las familias y en el
confort térmico de las viviendas, que favorecen en general incrementos en el consumo
de energía.
- Los bajos precios de la energía, resultado de las políticas liberalizadoras de los
mercados energéticos. En consecuencia el coste energético no condiciona las decisiones
de compra de nuevo equipamiento, y reduce la rentabilidad de las inversiones dirigidas
al ahorro en la factura energética.
- En los últimos años, se detecta un desplazamiento del uso de combustibles en favor de
la electricidad, cuyo consumo viene creciendo desbocadamente en los últimos años
(hasta 6% anual), con una considerable pérdida de eficiencia en muchos casos. Esto
significa que la mejora del parque eléctrico y la mayor generación con renovables y
cogeneración viene siendo absorbida por el aumento de la demanda.

EVOLUCIÓN DEL CONSUMO DE ENERGÍA ELÉCTRICA
EN ESPAÑA

15.000
65.000
115.000
165.000
215.000
265.000

1960 1980 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002

millones de kWh

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La evolución durante la década de los noventa de la intensidad energética primaria
(relación entre el consumo de energía primaria y el PIB) ha aumentado en España
alrededor de un 5% y el de la media de la Unión Europea se ha reducido en un 9,6%. En
el año 2000 el indicador nacional se sitúa un 17% por encima del de la UE.
Es prioritario y además urgente cambiar esta situación, frenar el actual crecimiento del
consumo de energía y además conseguir una reducción sustancial del mismo en los
próximos años con la atención preferente a la eficiencia y la incorporación de criterios
de racionalidad energética (gestión de la demanda). Estimamos que, sólo hablando del
consumo eléctrico, puede perfectamente alcanzarse una disminución de al menos el 35
%, mediante la adopción de una serie de medidas administrativas, y a este propósito
seguiremos dedicando esfuerzos.
Pero aún con reducciones de ese orden, el sector eléctrico continuaría siendo uno de los
principales causantes del calentamiento del planeta (probablemente sólo superado por el
sector transporte). Esto se debe a que la estructura de la generación de electricidad en
España es muy dependiente de los combustibles fósiles.

2004

POTENCIA
INSTALADA
Mw
ELECTRICIDAD
GENERADA
Gwh
REPARTO POR
ELECTRICIDAD GENERADA

Gran Hidráulica

Nuclear

Carbón

Fuel/gas

Ciclo Combinado

Eólica

Cogeneración y otras Renovables *

* Aproximadamente, según datos del 2003, el 70% de esta energía se produce en cogeneración y el resto en
renovables (25% minihidráulica, biomasa y solar) e incineración de residuos (5%)

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PRODUCCION DE ELECTRICIDAD EN 2004

11,33%
23,87%
5,36% 11,17%

48,27%

Gran Hidráulica Nuclear FÓSILES Eólica Cog.yOtras
Renovables

Por tanto, además de reducir el consumo es necesario aumentar todo lo que sea posible
la generación de electricidad con fuentes de energía limpias y renovables, pues estas
siempre desplazan la producción de las centrales fósiles ya que por ley tienen prioridad
de entrada en red. Es de la mayor importancia ser conscientes de que la electricidad no
se puede almacenar en cantidades significativas, así que sólo se produce la que en cada
momento se consume, y la parte de demanda que satisfagan las renovables evita horas
de funcionamiento de las centrales fósiles. En ese caso tenemos centrales térmicas
paradas, no cerradas ni desmanteladas, pero que no funcionan. Así que no se producen
los principales impactos de estas instalaciones: emisiones de CO
aire (óxidos de azufre y nitrógeno, etc) y contaminación química y térmica del agua.
Pese a las posibilidades que las condiciones climáticas de nuestro país ofrecen a estas
energías y la ventaja económica y estratégica que supone en reducción de importación
de combustibles (somos dependientes del exterior en más de un 76%), los poderes
públicos no han mostrado mucho interés en su desarrollo y nos encontramos con que la
única energía limpia que ha alcanzado cierto peso en nuestro país es la eólica, que en
2004 llegó a una potencia instalada de 8.000 MW en el sistema peninsular y 133 más en
las islas, con una producción de 14.178 GWh (5,4% de la generación eléctrica).
La última previsión gubernativa sobre el consumo energético para la década en curso
(Planificación de Infraestructuras de Gas y Electricidad 2002) elevaba la contribución
de eólica a un máximo de 13.000 MW en 2011, cifra supuestamente no superable por la
posibilidad de inducir inestabilidad en la red de transporte. Sin embargo, este límite
responde más a determinados intereses ajenos a cuestiones técnicas que a la realidad. De


hecho, la opinión generalizada entre los técnicos del sector de la energía coincide en que
la potencia eólica instalada podría rebasar muy ampliamente esa cifra, y llegar a los
20.000 MW instalados, sin causar problemas insolubles de estabilidad en la red. El
Ministerio de Industria está estudiando actualmente el permitir que se alcance esa cifra
de megawatios eólicos instalados.
Por otra parte, la alta rentabilidad que generan los parques eólicos ha hecho que en los
últimos años se hayan multiplicado las solicitudes y proyectos de creación de nuevos
parques, promovidos por empresas eólicas y por otras que no lo son, existiendo
propuestas para la instalación de varias decenas de miles de nuevos megawatios eólicos.
Ecologistas en Acción apoya decididamente el desarrollo de la energía eólica, siendo de
hecho en parte el objetivo del presente documento, aunque ese desarrollo debe ser
compatible en todo momento con la protección del medio ambiente. Por ello, y dado
que por motivos técnicos no van a instalarse en ningún caso el elevado número de
megawatios solicitados, consideramos fundamental que los parques eólicos que se
construyan sean los de menor impacto medioambiental. El segundo criterio de
selección, supeditado al anterior, deberá ser el de la productividad, pues una mayor
producción por parque constituye también un beneficio medioambiental en sí mismo,
siendo éstos dos objetivos, los elementos fundamentales del presente documento.
Es por ello por lo que se elabora esta propuesta de desarrollo de la energía eólica en
nuestro país para los próximos años, con la que se pretende alcanzar un nivel de
desarrollo importante, superando incluso los 20.000 MW de potencia instalada,
optimizando en la medida de lo posible la producción por MW instalado, a la vez que
minimizando todo lo posible la incidencia medioambiental que este tipo de actuaciones
pueden producir.

Fuente: Ecologistas en Acción:
Marqués de Leganés 12 - 28004 Madrid
Tel: 915312739
Fax: 915312611
secretaria@ecologistasenaccion.org
www.ecologistasenaccion.org




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